Elaboró:
Aline Vázquez.
El
autor comienza por mencionarnos que es importante diferenciar lo que es un
movimiento social de lo que es un grupo de presión, ya que aunque pueden ser categorías
similares, estas definen procesos políticos diferentes y es de importancia
hacer una distinción para poder examinar más a detalle el tema de las
políticas.
Navarrete,
retoma a Pedro Ibarra y Francisco Letamendia quienes mencionan: “un movimiento
social es una red de interacciones informales entre individuos, grupos y
organizaciones que, en sostenida y habitualmente conflictiva interacción con
autoridades políticas, élites y oponentes –y compartiendo una identidad
colectiva- demandan públicamente cambios en el ejercicio o redistribución del
poder a favor de intereses colectivos”[1]
Como
primera diferencia Navarrete refiere que un grupo de presión se maneja a nivel
local, ya que posee una capacidad mínima de masas o simpatizantes, en tanto un
movimiento social se pude manejar desde un ámbito internacional ya que en este
se puede tener un gran número de simpatizantes o seguidores. Aunque también
menciona que dentro de un movimiento social se pueden formar o incluir varios
grupos de presión.
Otra
diferencia que marca el autor entre un movimiento social y un grupo de presión,
es que el primero busca una transformación en el régimen político, se buscan
logar beneficios colectivos, en tanto un
grupo de presión tiene un interés en específico algo muy particular que
solo beneficia a grupos sociales pequeños, ya que sus principales objetivos
siempre son particulares aunque también se ven beneficiados los ciudadanos.
“Si
se sigue con la comparación entre movimiento social y grupo de presión, se verá
que el primero adquiere y promueve una identidad colectiva, a la cual se
adhieren una parte de los ciudadanos, pero no todos. El grupo de presión, por
el contrario, no consolida la identidad general, más bien se caracteriza por su
flexibilidad ideológica, misma que le permite agregarse a movimientos más
fuertes y conseguir apoyo, rentabilidad y capital político”.[2]
Si
bien el autor nos menciona algunas de las diferencias que existen entre estas
dos categorías, nos refiere un elemento que tienen en común, el cual es, el
fomento a la participación política, la finalidad que tiene esta, es que los
ciudadanos se interesen asuntos
públicos.
Para
diferenciar un grupo de presión de lo que es un movimiento social, que generalmente
también se les conoce como Organizaciones no Gubernamentales (ONG), se tomarán
en cuenta las siguientes categorías: a)
El tipo de participantes, b) La
Capacidad de violencia, c) Reacción
ante el Gobierno, d) Relación
con el ámbito internacional.
Es
importante diferenciar lo que es un grupo de presión de lo que es un movimiento
social, ya por medio de estos se ejerce la participación de la ciudadanía en
asuntos públicos o dicho de otro modo ambas categoría serán parte dentro del
proceso de las políticas públicas como actores participantes que ejercerán un
juego de poder con el gobierno.
Referencias.
Bibliografía:
Navarrete Vela, Juan P. Diseño de programas y políticas públicas. México: Editado por Red
Tercer Milenio S.C. 2012.
[1]Ibarra, Pedro, y
Letamendia, Francisco, “Los movimientos sociales” en Manual de Ciencia
política, p. 375, en Navarrete Vela,
Juan P. Diseño de programas y políticas
públicas. México: Editado por Red Tercer Milenio S.C. 2012.
[2]Navarrete Vela, Juan P. Diseño de programas y políticas públicas. México: Editado por Red
Tercer Milenio S.C. 2012, p.41.
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