Elaboró: Aline Vázquez
Coordina: Georgina González
Coordina: Georgina González
El aporte que hace este
autor al campo de las políticas públicas está relacionado al análisis que se
debe de hacer de las mismas. Un análisis en el cual los decisores de las
políticas públicas eligen cuáles serán las técnicas y estrategias que utilizarán
para el para las cinco fases del proceso que él propone.
A continuación
las fases, destacando lo más relevante de cada una de ellas y su análisis:
1. Identificación y definición del problema.
Para esta fase Tamayo menciona lo siguiente: “La primera tarea del analista de
políticas en esta fase es, por tanto, identificar a los actores con algún tipo
de intereses en el problema y reconstruir sus definiciones, la forma en que ven
el problema. Desde este punto de vista, la definición de problemas es ante todo
una cuestión política, decidir a quién se tiene en cuenta y hasta qué punto”.[1]
Dentro
de esta primera fase, los analistas deben de abordar dos cuestiones que serán
útiles para poder identificar y definir la problemática.
A)
La detección del problema: Es mejor
anticipar las problemáticas para poder vigilar lo que el problema puede
generar. Dentro los mecanismos de que se pueden valer los hacedores de políticas
se encuentran los siguientes:
1.
La función directiva, su tarea es
mantener a la organización (pública o privada) en contacto permanente con el
entorno, es decir, se tienen que analizar los cambios del exterior para
predecir cómo la organización enfrentará las distintas problemáticas.
2.
La participación en redes de gestión, se
remite a la participación de los distintos actores que intervienen en proceso
de la política.
3.
El diseño de segmentos organizativos
especializados en la detección de problemas, se utilizan instrumentos para
conocer las sugerencias y reclamos de los usuarios dentro de oficinas públicas.
4.
El análisis de los clientes, para conocer
sus expectativas y demandas, con lo que las organizaciones se apoyan para
conocer más acerca de los problemas.
5.
La
evaluación de las políticas y de los programas en funcionamiento, “La utilidad
de la evaluación es producir información de calidad para orientar nuevos
procesos de decisión, aprendiendo de los éxitos y los fracasos”.[2]
B)
El
diseño de la agenda: Esta puede ser sistémica o institucional. “Al
conjunto de problemas que preocupan a una sociedad en un momento determinado se
le denomina agenda sistémica”. En tanto una agenda institucional o agenda
política se incluyen los problemas que los gobiernos consideran prioritarios.
2. La formulación de las políticas públicas. Se
definirán las metas y objetivos a alcanzar, además de que se deberá de pensar
qué estrategias se utilizarán para que se cumplan las metas y objetivos; dentro de esta también se deberán de considerar los beneficios y costos de la
política.
3. La elección de una alternativa. Para
el desarrollo esta fase existen varias corrientes o modelos (racionalidad,
racionalidad limitada).
- La elaboración de políticas desde el
modelo racionalista: “Este modelo divide el proceso de adopción
de la decisión en una serie de pasos interdependientes y acumulativos, que, de
cumplirse, dan lugar a una elección racional”[3]. Los pasos son los
siguientes: El establecimiento de los objetivos, el establecimiento de las alternativas, la
valoración de las consecuencias de las alternativas y la comparación de las
alternativas.
- El modelo de racionalidad limitada: Su
nombre lo dice es limitada, los gobiernos cuentan con información incompleta y
por ello sólo se pueden identificar políticas satisfactorias. Para describir
este modelo Tamayo retoma a Simon, quien se enfocó en describir las
limitaciones que hacen imposible la aplicación estricta del modelo racional
puro.
- La
elaboración de las políticas desde el modelo incremental: Las decisiones sobre
las políticas son, ante todo, pragmáticas, no se basan en relaciones causales
bien estudiadas, en este modelo se utiliza el método de las aproximaciones
sucesivas y limitadas.
4. La implantación de las políticas
públicas. Para esta fase Tamayo retoma varios modelos:
a) La
implantación como puesta en marcha (top-down). Este modelo, se basa en la
jerarquía, es decir, se implementan las órdenes
emitidas jerárquicamente. “La esfera política decide, la esfera administrativa
pone en marcha las decisiones.”[4]
b) La
implantación como proceso de interacción entre las condiciones iniciales y los
resultados esperados. Tamayo para este tipo de implantación o implementación
retoma a Pressman y Wildavsky, estos
autores ven a la implantación como proceso de interacción entre los objetivos y
los resultados.
“Los autores mantienen que la implantación es
un proceso que debe tenerse en cuenta en la fase de formulación, determinando
entonces cuál de los posibles caminos –diseños de implantación– reduce, en
mayor medida, los efectos perversos de la gestión conjunta –retrasos,
desviación del plan inicial, imposibilidad de llegar a acuerdos y paralización
del programa– y presenta una menor complejidad, incrementando las posibilidades
de que ocurra esa relación causal entre las condiciones iniciales y los
resultados esperados”.[5]
c) La
implantación como proceso de ensamblaje. Este modelo lo podemos definir como la
sucesión de actividades para ensamblar los distintos elementos del programa,
entre los elementos que se mencionan están los siguientes: recursos
financieros, recursos humanos, normas, decisiones y capacidades administrativas,
estos dependen de los actores que pueden
ser independientes entre sí, ya que cada actor tiene sus propios objetivos e
intereses.
En esta fase los distintos actores intentarán
maximizar sus objetivos a partir de estrategias que les permita realizar sus
intereses con la menor cantidad de recursos posibles. Las estrategias de que se
valen los actores dan lugar a efectos negativos: disipación de recursos del
programa, disipación de objetivos del programa, resistencia al control de la
conducta de los participantes, pérdida de energía.
d) La
implantación desde abajo (bottom-up). Este modelo explica la fase de la
implantación como el proceso para obtener los impactos esperados sobre la
población. Existe un contacto entre el ciudadano y la organización o
dependencia encargada de distribuir los bienes y servicios de una política.
5. La fase de evaluación. “La
evaluación es la última fase del proceso de la política pública y, puesto que
el proceso es cíclico, es también la primera”.[6] Los objetivos de la
evaluación es producir conocimiento que sirva para orientar las decisiones
vinculadas al diseño y gestión de las políticas públicas para que estas cumplan
su cometido.
Para
Tamayo existen varios tipos de evaluación, a cada fase del proceso se le puede
hacer una evaluación; en el siguiente cuadro lo explica mejor.
Las
fases del proceso de la política pública y los tipos de evaluación
Fases
del proceso de la política pública
|
Tipos de
evaluación
|
1. Identificación y definición del
Problema
|
* evaluación anticipativa
* evaluación de la evaluabilidad
*
evaluación de necesidades
|
2. Formulación y adopción de una
Alternativa
|
* evaluación teoría y diseño
* evaluación de viabilidad
política/contexto
|
3. Implantación de la alternativa
Adoptada
|
* evaluación de implantación
* estudios de seguimiento de programas
|
4. Evaluación de los resultados
|
* evaluación de impacto
* evaluación de calidad
|
Elaboración de Miguel
Tamayo S.
El aporte que Tamayo hace al tema de las
políticas públicas lo basa en el análisis de las mismas y menciona lo
siguiente:
"El
análisis de políticas es a la vez un arte y una ciencia. Es un arte porque hace
referencia a la labor de los directivos públicos, que intuitivamente reproducen
con sus decisiones las fases del proceso de las políticas sin dominarlo
conceptualmente. Es una ciencia porque aspira a entender el complejo mundo de
la acción pública y prescribir, en la medida de lo posible, la mejor forma de
aproximarse al proceso de las políticas”.[7]
Referencias
Internet:
Tamayo Sáenz, Manuel. El
análisis de las políticas públicas, en: La Nueva Administración Publica, Rafael
Bañón y Ernesto Carrillo (Compiladores),
Madrid, 1997. Recuperado el 19 de
mayo de 2014. Disponible en: http://uca.edu.sv/mcp/media/archivo/f98099_tamayosaezelanalisisdelaspoliticaspublicas.pdf
[1] Tamayo Sáenz, Manuel. El análisis de las políticas
públicas, en: La Nueva Administración
Publica, Rafael Bañón y Ernesto Carrillo (Compiladores), Madrid,
1997, p. 2. Recuperado el 19 de mayo de 2014. Disponible en:
http://uca.edu.sv/mcp/media/archivo/f98099_tamayosaezelanalisisdelaspoliticaspublicas.pdf
[2] Tamayo Sáenz,
Manuel. El análisis de las políticas públicas, Ob.Cit. p. 6.
[3] Ibíd. p. 9.
[4] Tamayo Sáenz,
Manuel. El análisis de las políticas públicas, Ob.Cit. p. 13.
[5] Ibíd. p. 15.
[6] Tamayo Sáenz, Manuel. El análisis de las
políticas públicas, Ob.Cit. p. 18.
[7] Tamayo
Sáenz, Manuel. El análisis de las políticas públicas, Ob.Cit. p. 20.
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